miércoles, 26 de noviembre de 2014

Ilustración primer capitulo, Alicia en el país de las maravillas.

"¡Por mis orejas y por mis bigotes! ¡Qué tarde se está haciendo¡"
Lewis Carroll, Alicia en el país de las maravillas.


lunes, 10 de noviembre de 2014

La pedagogía como ciencia
El ser humano se encuentra en una constante necesidad de hacer científico todo con el fin de salir de los discursos metafísicos como explicación a lo que no conocemos. Métodos, investigación, objetos de estudio… y seguimos creyendo que la ciencia puede explicar la complejidad del ser humano. ¿Cómo es posible que algo que generaliza pueda explicar las formas de aprendizaje de un sujeto que se encuentra en un constante cambio y que no tiene a otro igual?
Al indagar sobre el concepto de pedagogía en todos los buscadores virtuales o libros de consulta encontramos relación con la palabra ciencia, donde los encargados de aumentar este discurso, entre ellos, maestros y teóricos, sienten un especial orgullo por ser científicos, así sus descubrimientos no puedan ser aplicados en el aula. Replicamos investigaciones y métodos de enseñanza de otros países, y nos despreocupamos de hacer una buena traducción de esos estudios, los llevamos al aula sin preguntar qué diferencias hay entre los estudiantes de un barrio de Medellín y uno de Berlín, desligamos la teoría de la práctica en donde los teóricos son unos y los encargados de aplicarlas son otros.
Es en este punto donde la pedagogía deja de ser ciencia, donde el maestro en cuanto artista, posee una sensibilidad especial para entender a sus alumnos, para encontrar sus diferencias, identificar lo qué necesitan y cómo debe transmitirlo, y de allí, partir para enseñar.

El enseñar se puede considerar un arte, que si bien se sustenta en investigaciones y teorías científicas de cómo hacerlo, pierde la razón y la rigidez al momento de saber cómo debe acercarse un docente a un aula con 30 niños, todos con necesidades diferentes las cuales el docente debe satisfacer. 

domingo, 9 de noviembre de 2014

Tres elementos fundamentados en el arte para llegar a la felicidad:
1.     Liberación de los prejuicios y la norma moral. Pensar por nosotros mismos, ver el arte como liberadora, la cual no permite mentiras, nos desnuda y nos obliga a escucharnos. Sin libertad es imposible llegar a ser felices, no haríamos las cosas por complacernos sino por agradar a una norma. Solo al conocernos, al identificar lo que nos gusta y aquello que llena de valor nuestra vida, es que podemos construir y hacer de nuestra vida una obra de arte.
2.     El poder de asombranos, es ser feliz con las pequeñas cosas. La apertura de parte del sujeto, en donde el arte no pasa por una revisión objetiva; en donde lo sensorial nos deslumbra, nos muestra lo ínfimo que somos ante el mundo, pero a la vez lo grande que podemos ser. El arte nos permite ver, nos da nuevos ojos ante la realidad, nos ofrece una sensibilidad poco común para leer a las personas y su entorno. Nos brinda una felicidad no cimentada en las cosas que conseguimos o en el éxito obtenido, en tanto alimenta el ego, ese “yo” insaciable. La felicidad no puede ser buscada en las cosas que no se tienen, sino en aquellas pequeñas cosas con las cuales vivimos el día a día, esas cosas que vemos y nos llenan de valor y le dan sentido a nuestra existencia.

3.     Otro lenguaje, que permite expresar todo aquello que no es debido o grato a los demás, nos permite transmitir lo que somos y sentimos, reinterpretar o crear nuevos mundos, leerlo y permitirle al espectador hacer lo mismo con el suyo. Tenemos licencia para destruir simbólicamente todo aquello que creemos debe dejar de existir en función de nuestra felicidad.

domingo, 26 de octubre de 2014

Pico della Mirandola
El desarrollo de la metafísica se articula en el renacimiento entre el miedo de la iglesia a lo desconocido, a cualquier explicación que estuviera por fuera del poder de Dios (su Dios) y al creciente deseo de poner en medio al hombre, el será responsable de todo y sobre él se sustentara todo.
Pico della Mirandola se introduce en los diferentes saberes y religiones orientales y occidentales con el fin de encontrar la “verdad” tan anhelada por los griegos y sobre los cuales se vuelve la mirada.
Si bien el renacimiento pone al hombre en el centro de todo, lo divino sigue presente en todos los aspectos de la vida y es desde allí que pico da respuesta a todos sus interrogantes, desde lo divino y lo mágico.
Para él no hay una sola escuela, ni un solo conocimiento, para encontrar la verdad era necesario estar abierto a todos los saberes que el hombre en la historia había adquirido indiferente de su cultura o de los errores ya que estos al igual que el conocimiento permitían al hombre hallar la verdad y su liberación.

Toda la naturaleza tenía un destino fijo excepto el hombre, el cual construye su destino en la libertad de hacerse de “ser” y este hacerse le podría permitir al hombre la perfección (llegar a ser un ente perfecto como dios) al igual que su destrucción. 
Metafísica:
La filosofía primera es para Aristóteles la ciencia por excelencia, esta filosofía primera que después es nombrada por andronico de rodas como metafísica tiene como objeto de estudio el ser y su telos (el fin, la meta del ser, lo que debe llegar a ser). El deber ser es llegar a la perfección, representada en la imagen de dios ya que él es el ente perfecto, es inmutable y tiene existencia real.
La sustancia es lo que da vida al ente, y la conforman la materia y la forma (Teoría hilemórfica), la materia es el material del cual está hecha una cosa, la forma es la esencia, lo que hace a una cosa ser lo que es y lo que la diferencia de otras cosas; esta materia debe ser entendida como materia próxima, ya que es lo primero que observamos y que puede estar sujeta a un cambio, y es cuando la forma se transforma, pasa de una apariencia inicial a otra diferente.
Para Aristóteles la forma está por encima de la materia, siendo esta más importante, ya que el telos de la materia es la forma y esta es correspondiente a la esencia y la naturaleza (las características internas que le dicen al ser como llegar a ser) de los entes.
El no ser relativo, significa el ser en potencia, lo que no es pero que en potencia es, lo que podemos llegar a ser que aún no somos, cuando ya somos, somos en acto, de potencia a acto, esto es la teleología (telos: meta, objetivo o fin de la naturaleza), la finalidad del ser es la potencia convertida en acto que se relaciona con la forma.

Y si el ser por excelencia es dios (se debe tener en cuenta que el dios de Aristóteles es un dios de ideas) nuestro telos es llegar a ser como el, somos dios en potencia que debemos llegar a dios en acto, y las herramientas para lograr esto son la praxis (el saber hacer) y la teoría (encontrar la verdadera esencia de las cosas). 

miércoles, 1 de octubre de 2014

¿Qué valor se le ha dado a la indumentaria a lo largo de la historia, como parte de la construcción social de cada género?

domingo, 28 de septiembre de 2014

Giorgio Colli "El nacimiento de la filosofía" Capitulo 2 (Aporte)

Lo dionisíaco en nuestras vidas es tan necesario como el agua. Si perdemos la voluntad de vivir lo perdemos todo. En Dionisos encontramos lo estético del mundo, esa “belleza” que alegra el día a día de los mortales, para ello debemos perder la razón, la lógica de todo comportamiento religioso o costumbre moral que indica cómo debe ser nuestro comportamiento; es necesario desprendernos de la perfección.
Desde niños se crea en nosotros una estructura apolínea que nos limita al crecer y empezar a vivir, nos causa un miedo terrible al error, al fracaso, al rechazo. Siempre buscamos la homogeneidad y ser aceptados por un grupo aunque sea pequeño y es en este afán por la aceptación que callamos nuestro cuerpo y deseos; terminamos sin saber qué es lo que nos motiva, silenciamos al niño interno y cuando sale nos reprochamos; tenemos prohibido ser infantiles, ser imperfectos y sobre todo, tenemos prohibido el no gustarle a la sociedad. 

Giorgio Colli "El nacimiento de la filosofía" Capitulo 1 (Aporte)

La cultura griega se cimienta en el deseo por el conocimiento; un conocimiento del futuro al cual pertenece la sabiduría, y desde allí, se crea la filosofía para mantener el diálogo de los sabios, quienes han dado luz en medio de la oscuridad.
El conocimiento no llega a los hombres de forma tangible, llega en palabra, palabra oculta y difusa que Apolo da a los hombres; esta palabra debe ser interpretada y para ello se necesita de la intuición. Dicha palabra es dada a los hombre por medio del oráculo o la sacerdotisa y el hombre a quien fue dada la debe descifrar; la verdad solo es señalada; las palabras son dadas por medio de diálogos y discusiones en los cuales se pierde la razón, y esta última, nos permite dilucidar la palabra mantica.
Es en este punto en donde podemos comprender por qué la locura es el medio del conocimiento, esta nos permitirá descifrar las palabras de ese dios cruel (recordemos que Apolo, además de ser el dios de la sabiduría, el conocimiento y el arte, es a la vez, un dios cruel, que castiga desde lejos) que en el fondo pareciera que poco le interesara darnos el conocimiento, lo otorga a medias, lo da sin dárnoslo. Hay cuatro tipos de locura que nos permitirán descifrar aquello que Apolo nos dice y son:
La locura profética: aquella que nos permite producir el futuro, traducir la palabra en sabiduría y dársela al hombre por medio de conocimiento para construir el futuro y vivir el presente; es una obsesión por el conocimiento y la sabiduría, es un arte de adivinación.
La locura mistérica: en esta locura es necesaria una ceremonia ritual, la cual permitirá entrar en cierto transe en el cual los dioses trasmitirán la verdad, la palabra mágica. Esta visión del dios es un don de Dionisos.

Las otras dos locuras son variaciones de las primeras, la poética se relaciona con Apolo y la erótica con Dionisos. La locura poética, corresponde a la inspiración artística, a una capacidad creadora a través de la cual comparto mis imágenes con el otro, imágenes dadas por las musas. Mientras que la locura erótica, es sentir lo que otro siente en su piel, en donde el tiempo y el espacio confluyen. 

domingo, 14 de septiembre de 2014

"Hay que estar ebrio siempre. Todo reside en eso: ésta es la única cuestión. Para no sentir el horrible peso del Tiempo que nos rompe las espaldas y nos hace inclinar hacia la tierra, hay que embriagarse sin descanso.
Pero, ¿de qué? De vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca. Pero embriáguense.
Y si a veces, sobre las gradas de un palacio, sobre la verde hierba de una zanja, en la soledad huraña de su cuarto, la ebriedad ya atenuada o desaparecida ustedes se despiertan pregunten al viento, a la ola, a la estrella, al pájaro, al reloj, a todo lo que huye, a todo lo que gime, a todo lo que rueda, a todo lo que canta, a todo lo que habla, pregúntenle qué hora es; y el viento, la ola, la estrella, el pájaro, el reloj, contestarán: 
“¡Es hora de embriagarse! 
Para no ser los esclavos martirizados del Tiempo, 
¡embriáguense, embriáguense sin cesar! 
De vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca." Charles Baudelaire.

sábado, 6 de septiembre de 2014

Los griegos construyeron todo su arte referenciándose en los dioses olímpicos, los cuales se reflejan en todos los aspectos de sus vidas debido al mito, este mito es el que da razón y organiza su mundo, sobre él se escribe su historia, se construye su cultura y se crea el arte.

En la arquitectura y la escultura sobresale Apolo como mayor ideal de belleza y en función de lo que él representaba se construyeron grandes edificios con frisos de gran belleza y simetría que narran sus mitos y retratan a sus dioses.


Según Nietzsche “Todo ese mundo olímpico ha nacido del mismo instinto que tenía su figura sensible en Apolo, y en este sentido nos es licito considerar a Apolo como padre del mismo.”
¿En qué momento la frontera de lo apolíneo es dionisiaca?

La frontera de lo apolíneo y lo dionisiaco es la embriaguez consciente, cuando nos encontramos con nuestro yo individual sin dejar de ser un ente activo en un determinado grupo social.

Al lograr el equilibrio entre estos impulsos (apolíneo y dionisiaco) cargamos de significado el lenguaje común del arte (técnica), para llenarla de contenido con el lenguaje dionisiaco (esa imagen que nos atrae sin saber por qué); este lenguaje no es explicito, como tampoco es legible la frontera de los impulsos.


Estos impulsos vienen de la misma esencia, de la misma fuente (Zeus) y es por esto que se hace tan complejo hallar ese punto de equilibrio.

lunes, 1 de septiembre de 2014

“Todo artista es un imitador”, bien sea de sus sueños oníricos, de la realidad que interpreta según sus percepciones o simplemente de lo que ve. Dentro de estos artistas encontramos tres tendencias: a lo apolíneo –imágenes idealizadas, se interpreta la realidad según los ideales sociales de belleza-, lo dionisiaco –una reinterpretación de nuestra realidad, busca develar una verdad inexistente, no interesa el prejuicio social, solo la satisfacción de sus sueños oníricos-, y ambos –equilibrio entre lo dionisiaco y apolíneo, embriaguez consciente-.

En el Bosco, podemos notar según su contexto que su obra es moralizante, adoctrina en un mundo de analfabetismo y educa en la religión cristiana; existe una necesidad constante de mostrar que puede suceder a nuestras almas sino obramos según lo indican los preceptos cristianos y como ellas se encuentran en una lucha constante de dominar un cuerpo propenso a la tentación.

Bosch se encuentra dominado por ambas pulsiones apolínea y dionisiaca, en donde lo apolíneo no responde a esas imágenes bellas y de formas perfectas, pero si responde a un hambre de moralidad presentes en él; en cuanto a lo dionisiaco podríamos decir que se encuentra completamente embriagado de su extrema piedad, de su técnica, la cual se sale de todo ideal renacentista de mimetismo y belleza, de sus obras religiosas llenas de simbolismos que se nos muestran como una verdad oculta que debe ser descifrada, nos dice cómo debemos salvarnos y cuál es el camino a dios.

Un ejemplo de esto es la obra “la mesa de los siete pecados capitales”.

En Marina Abramovic, descrita a sí misma como la “abuela del arte de la performance” observamos como un artista viaja entre las pulsiones apolíneas y dionisiacas traspasando muchas veces este umbral.
En uno de sus performances “Ritmo0, 1974”, el más impactante se devela este juego de pulsiones, en donde el público completamente embriagado deja al descubierto todas sus perversidades.
La experiencia que aprendí fue que... si se deja la decisión al público, te pueden matar... Me sentí realmente violada: me cortaron la ropa, me clavaron espinas de rosas en el estómago, una persona me apuntó con el arma en la cabeza y otra se la quitó. Se creó una atmósfera agresiva. Después de exactamente 6 horas, como estaba planeado, me puse de pie y empecé a caminar hacia el público. Todo el mundo salió corriendo, escapando de una confrontación real.
Marina Abramović




“La artista está presente, 2010” Una gran retrospectiva de su obra en la cual me atrevo a decir que se evidencia una etapa de equilibrio, de armonía, en este punto ella regresa a la embriaguez consciente y mira con cierta calma como las vidas y su vida transcurren frente a sus ojos.

lunes, 25 de agosto de 2014

El arte como puente entre dioses

Según Nietzsche la creación del arte se da gracias a dos impulsos antagónicos: Apolo y Dionisos, ambos dioses se encuentran vinculados al arte y la música pero, generando percepciones completamente diferentes y necesarias entre sí.
Apolo nos deleita con sus bellas imágenes, ese mundo de apariencia es seguridad y serenidad la cual  nos protege en una zona de confort que puede llegar a impedirnos la búsqueda de la “verdad”, inexistente en el mundo apolíneo por su falta de belleza.
En cambio Dionisos no goza de ningún interés por deleitarnos, él cuestiona nuestra realidad en el estado de embriaguez, estado que se alcanza por medio de la unidad del excesivo dolor y el placer, cuestionamiento que parte de la construcción de nuestra subjetividad y la búsqueda del “uno primordial”.
Es allí en donde se encuentran estos impulsos tan opuestos y a la vez tan dependientes, esa necesidad de ir y volver, de soñar y despertar, de imaginar y crear. Cuando en nuestras vidas no soportamos la carga de realidad, en el momento que esa verdad dionisíaca nos ha llevado al hastió es cuando necesitamos regresar a nuestro mundo onírico, mundo creado por nosotros y por ende perfecto.

El medio en este caso que nos permite ir de un lugar a otro es el arte, esas creaciones artísticas que nos llevan a la catarsis de lo que somos y que surgen a partir de nuestros sueños oníricos, esa necesidad de representar nuestras imágenes idealizadas o sublimes, las cuales nos permiten soportar la realidad sin perdernos en los límites de lo apolíneo y lo dionisíaco. 

sábado, 9 de agosto de 2014

Haiku

Oshima Ryota (1718-1787)
¿Quién desvela allá
con la lámpara encendida?
Lluvia fría de medianoche.

Ryokan (1785-1831)
El ladrón
se llevó todo.
Salvo la luna de mi ventana.

Suzuki Masajo (1906-2003)
Las hierbas secas...
Hasta su color me daña los ojos.
He sido infiel.

Salvo algún hombre,
nunca he robado nada.
Levanto la persiana de bambú.

Se hunde el cuchillo
en el melocotón blanco
como en un cuerpo.


kuroyanagi Shoha (1727-1771)                                  
La flor de la camelia
que iba a caer
está presa en las hojas.

Kuribayashi Issekiro (1894-1961)
Mientras lo corto
veo que el árbol tiene
serenidad.

Qué tranquilo se ve
en la cuadra
el caballo que mato a su jinete.

Lida Dakotsu (1885-1962)
Un cadáver
y el viento de otoño juguetea
en los orificios de la nariz.

Matsuo Basho (1644-1694)
Bajo un mismo techo
durmieron las cortesanas,
la luna y el trébol.